Es un hecho: resulta imposible medir el nivel de creatividad a través de la productividad. Y es algo que todos los directivos deberían saber. Una empresa muy productiva no necesariamente será creativa. Y viceversa. Pero vayamos por partes. Una persona no creativa tiende a realizar sus tareas de forma sistemática. Porque es capaz de usar su tiempo de forma eficaz y eficiente. En cambio una persona creativa hace todo lo contrario. Necesita tiempo y espacio. Y probablemente por esto cuesta tanto medir el impacto y crecimiento de las empresas menos convencionales.
Los trabajadores de Google pueden dedicar un 20% de su tiempo a desarrollar sus capacidades creativas. Sin prisas. Sin presiones. Pero esto no quiere decir que dediquen un número concreto de horas al día a desarrollar su creatividad. Para tener ideas novedosas la mente tiene que estar preparada previamente. Consciente o inconscientemente. Por eso también es importante el proceso de búsqueda e investigación. Porque al final, la mejor amiga de la creatividad es el tiempo, la incubación y la flexibilidad.